Nuestro trabajo en Ruanda pretende sentar las bases de una industria de fabricación de cascos dinámica y ampliable que produzca un suministro constante de cascos seguros y asequibles que se exporten a todo el continente.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), África tiene la tasa más alta de muertes en carretera, con 26,6 muertes/100.000 habitantes, y Ruanda tiene una de las tasas más altas, con 29,7 muertes en carretera/100.000 habitantes.

Los vehículos de dos ruedas constituyen más de la mitad del parque automovilístico registrado en Ruanda y están implicados en las muertes en carretera tres veces más que cualquier otro vehículo; por lo tanto, no es sorprendente que las lesiones en la cabeza constituyan un gran porcentaje de las estadísticas de traumatismos en carretera.

Afortunadamente, si se utilizan correctamente, los cascos homologados para motocicletas reducen el riesgo de lesiones graves en la cabeza en un 69% y de muerte en un 42%.

Ruanda es un país con ingresos excepcionalmente bajos en el que el uso del casco para motocicletas es casi del 100%.

Sin embargo, los cascos que se venden no están obligados a cumplir ninguna norma de protección, y no se aplica ningún control de calidad en su fabricación.

Las pruebas de impacto realizadas por un laboratorio independiente en varios cascos comprados en Kigali revelaron que fallaban de forma catastrófica, ya que no eran capaces de mitigar las fuerzas que, según se ha demostrado, provocan graves lesiones en la cabeza.

Una de las razones por las que no se requiere una norma para los cascos es que la Junta de Normalización de Ruanda (RSB) carece de los equipos y la experiencia necesarios para realizar las pruebas de impacto de los cascos que se venden en el país.

Esta propuesta ilustra los potenciales beneficios de lograr una prueba de concepto de una solución "Made in Rwanda" que creará capacidad académica, generará una nueva fuente de ingresos, promoverá la independencia africana de las importaciones extranjeras y, al mismo tiempo, salvará vidas y evitará lesiones.

El proyecto "Tuwurinde" (en kinyarwanda, la lengua nativa de Ruanda, este término puede interpretarse como "protejamos la cabeza") pretende mejorar vidas desarrollando una fuente de ingresos a través de la fabricación y exportación de cascos hechos en Ruanda que disminuirán las lesiones de tráfico en todo el continente africano.

Tuwurinde pretende funcionar como una asociación público-privada que reinvierte los beneficios en un fondo nacional de iniciativas de seguridad vial que puede utilizarse para reducir los riesgos de los usuarios más vulnerables de las carreteras, como son los niños, los ancianos y las personas con discapacidad.

Los sistemas de gestión de la seguridad vial que se entregarán a las instituciones pertinentes ayudarán a mejorar la inclusividad de nuestros esfuerzos más allá de los usuarios de motocicletas.