El proyecto, finalizado en septiembre de 2020, tuvo un gran impacto con más de 170 agentes de control de la velocidad formados en las mejores prácticas de control de la velocidad, el apoyo a funcionarios de alto nivel en el desarrollo de planes de control de la velocidad, y más de 75.000 personas involucradas a través de los medios sociales sobre la importancia de una velocidad adecuada.

La velocidad excesiva e inadecuada es uno de los factores más importantes que causan muertes y lesiones en las carreteras de muchos países.

En el caso de Filipinas, el Informe sobre la situación mundial de la seguridad vial 2018 de la OMS calificó el cumplimiento de las leyes nacionales sobre límites de velocidad solo con un 5 sobre 10, lo que indica una brecha crítica y destaca una oportunidad para realizar esfuerzos específicos.

La reducción del exceso de velocidad ha sido uno de los ejes de acción del Gobierno de Filipinas para reforzar las leyes de seguridad vial.

Financiado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Seguridad Vial como uno de sus cinco proyectos piloto, el proyecto fue ejecutado por CESPAP en cooperación con la Oficina de Transporte Terrestre y el Departamento de Transporte del Gobierno filipino, así como con la organización no gubernamental ImagineLaw.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Seguridad Vial apoyó la adopción de medidas concretas para hacer frente a esta situación a través de un proyecto de gestión de la velocidad, estableciendo y desarrollando las capacidades de un grupo central de personal perteneciente a diferentes organismos encargados de la aplicación de la ley que impartirá formación práctica sobre la aplicación de la velocidad a nivel de distrito.